Es una pena que a través de
internet no podamos transmitir olores.
Esta tarta, o mejor dicho,
tartita, es bastante sencilla,
pero una de las más sabrosas que probé.
Deliciosa para el olfato y
exquisita para el gusto.
Una mezcla increíble de chocolate, nueces, coñac y
peras.
Un postre de lujo con un mínimo de esfuerzo.
Perfecto para disfrutar
de la última semana de septiembre, con una taza de café
frente a la ventana, esperando la lluvia.
INGREDIENTES:
· 250 gr. de hojaldre
· 80
gr. de nueces
· 75
gr. de azúcar blanco
· 50 gr. de
chocolate negro
· 2 cucharadas de cacao sin azúcar
(Valor)
· 50 gr. de mantequilla
· 1
huevo
· 1 ó 2
cucharadas de coñac
· 2 peras
· 1 ½ cucharada de harina
· 1 ½
cucharada de azúcar avainillado
ELABORACIÓN:
Precalentamos el horno a 200ºC.
En primer lugar, trituramos en la picadora las nueces y añadimos el azúcar, el chocolate, el cacao, la mantequilla, el huevo y el coñac.
Seguidamente, estiramos la masa de hojaldre en una superficie enharinada, y cortamos dos círculos de 24 cm. En uno de ellos, hacemos una circunferencia en el centro, que distará 4 cm. del borde exterior.
Mojamos las superficies que los mantienen en contacto, para que se peguen. Extendemos por encima la crema, cuidando de dejar un margen sin rellenar, alrededor de 4 cm., con respecto al borde exterior.
Quitamos la piel de las peras y las cortamos en láminas finitas.
Mezclamos la harina con el azúcar avainillado y rebozamos las láminas de pera.
Las vamos colocando encima de la crema, pincelamos con un poco de mantequilla derretida, y metemos la tarta en el horno.
Horneamos durante 30-35 minutos.
Se puede comer tibia, acompañada por una bola de helado, o fría con nata. También resulta perfecta sola, espolvoreada con azúcar glas.